Perrarua - El entorno
Perarrúa es un pequeño pueblo del pre-pirineo Oscense. Su entorno se encuentra en un espacio semi-montañoso, en el valle del río Ésera y bañado por este mismo. A una altura de 600 metros sobre le nivel del mar.
El clima de Perrarúa nos brinda inviernos templados y soleados, veranos secos y calurosos con frescas noches en que se entrelazan restos arquitectónicos de la época romana hasta nuestros días.
Desde nuestra casa en Perrarúa podrás acercarte a practicar deportes de aguas bravas, barrancos, hacer largos paseos, visitar bellos pueblos, descubrir rutas arquitectónicas, deslizarte por majestuosas cumbres, degustar las diversas variedades de setas y trufas o simplemente bañarte en el lago. Se abre un gran abanico de posibilidades a tu alcance y a tu ritmo, en el que estaremos encantados de ayudarte a descubrir las miles y maravillosas opciones que este entorno te brinda.
El Puente rómánico:
Entrada antigua, y única, del pueblo de Perarrúa hasta la construcción de una nuevo paralelo a éste. Presenta tres arcos de datación difícil: los orientales más antiguos (siglos XII, XIII o XIV) y el occidental más moderno (siglo XVIII). Longitud total de 54,3 metros y anchura de 3,5 metros en la zona más vieja. Presenta dos esperones, uno a cada lado que sobresalen unos 220 cm. Servían para desviar el agua o de contrafuerte, durante las riadas, y también para ampliar el paso del camino.
Tiene perfil de lomo de asno con arrimaderos en forma de ángulo y plastras con tajamares con perfil de quilla. El arco central tiene una longitud de 21 metros y, desde la suela hasta el nivel actual del agua, tiene 12 metros. El arco más oriental hace 18 metros de longitud y, hasta el nivel de tierra, tiene una altura de unos 10 metros.
Originalmente tenía un portalón de madera en la zona central que fue extraído en el s. XIX al aparecer los carros con lonas.
Alrededor de esta construcción se construyó uno de los núcleos originales del actual Perarrúa, denominado “El Puente / Lo Pont”.
Parajes únicos
Con sus picos que llegan hasta los 4.300 metros, sus cascadas, los pequeños pueblos que desafían al aislamiento, y los testimonios silenciosos de castillos y monasterios conforman un mosaico para descubrir todo el año.